viernes, 4 de julio de 2008

En la estación lo encontrarás
cuando los locales bajos cierran
tomará el tren de ningún lugar
tendido en la vía, expuesto al azar.
Merodea por los límites de la ciudad
donde el río parece morir ahogado
y las últimas luces tienen su final
bordeando el grito desesperado.
Pasos hundidos en eco de mar
la calle tatuada en su pecho
vino barato en su respirar
mirada perdida en busca de techo.
Aquel bote de duro cascarón
tiene ahora su perfil lejano
su horizonte desdibujado
olas crueles lo destrozaron.
Si vas hacia allí, al límite
donde el agua busca la roca
lo verás junto a su sombra
a punto de naufragar.
Ramon M.

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